13La lesión del ligamento cruzado anterior o LCA puede ser un esguince o un desgarro de este ligamento. Esta patología es una de las más frecuentes cuando hablamos de lesiones ligamentosas, tanto en deportista como en personas jóvenes o incluso niños. Suele ser frecuente en actividades que impliquen cambios bruscos de dirección, paradas repentinas o al realizar saltos y caer con los pies.
¿Qué es el LCA?
El ligamento cruzado anterior es uno de los principales ligamentos de la rodilla, uniendo tibia y fémur, y está implicado en la estabilización de esta articulación. El LCA es el encargado de controlar el desplazamiento anterior de la tibia durante los movimientos, así como de ayudar a controlar otros movimientos de la rodilla como son la rotación, el varo y el valgo.
Causas
Las causas más frecuentes son las siguientes:
⦁ Realizar giros con el pie apoyado de manera sólida en el suelo.
⦁ Cambios bruscos de dirección o velocidad.
⦁ Realizar un salto y no caer de forma adecuada.
⦁ Parada en seco.
⦁ Golpe directo en la rodilla.
Síntomas
Los síntomas más frecuentes son los siguientes:
⦁ Chasquido en el momento en el que se produce la lesión.
⦁ Dolor e incapacidad de movimiento en esa rodilla.
⦁ Inflamación más o menos rápida de la zona.
⦁ Sensación de inestabilidad o de que la rodilla “se va o no aguanta más”.
⦁ Disminución de la amplitud de movimiento de la articulación.
Hay que tener en cuenta que, como en otras patologías, no todos los síntomas tienen porqué presentarse en todas las personas con una lesión del LCA, además de depender del grado de la lesión.
Diagnóstico
Para el diagnóstico de esta lesión existen pruebas de imágenes o pruebas ortopédicas, pero si crees que puedes padecer una lesión en el ligamento cruzado anterior mejor acudir al médico, ya que en esta articulación están implicadas diversas estructuras que se pueden ver afectadas, y es necesaria una prueba de imagen para comprobarlo.
La principal prueba de imagen para diagnosticar una lesión en el LCA es una resonancia, aunque también se puede realizar en una primera instancia una radiografía para descartar una lesión ósea si el médico no valora que hay posibilidad de lesión en el LCA.
Tratamiento
Como en la mayoría de las patologías existe un tratamiento conservador y uno quirúrgico. Como es lógico, la cirugía depende del grado de lesión del ligamento, ya que si hablamos de un esguince de grado I se opta por el tratamiento conservador.
Hoy en día existe bastante controversia respecto a si la cirugía de este ligamento es necesaria o no. En última instancia la decisión depende del paciente, que debe valorar los riesgos y beneficios en su caso de la operación con la ayuda de los profesionales de salud que le acompañen en el proceso de toma de decisión y de recuperación. En caso de que tome la decisión de operarse, la intervención no se suele realizar hasta dejar pasar un periodo estimado de unas 6 semanas tras la lesión para que el proceso inflamatorio se haya reducido.
Tratamiento de fisioterapia
El tratamiento fisioterapéutico se debe realizar antes y después de la intervención quirúrgica, y en caso de que no se vaya a realizar una operación debe estar presente durante el proceso de recuperación del paciente, hasta alcanzar unos objetivos consensuados con el paciente.
En caso de que no se realice una intervención quirúrgica el tratamiento irá destinado a reducir la inflamación, obtener un rango articular completo, fuerza muscular adecuada y mejorar la estabilidad en la articulación de rodilla.
Si se toma la decisión de realizar la intervención quirúrgica, el tratamiento preoperatorio irá destinado a estar en las mejores condiciones preoperatorias posibles, ya que cuanto mejor estado físico se tenga antes de la intervención suele ser más fácil el proceso postoperatorio. Para ello se intentará reducir la inflamación, aumentar la fuerza muscular y mejorar el rango articular. Tras la operación se llevarán a cabo los protocolos pertinentes para no dañar el ligamento por realizar algún exceso durante los primeros meses. El tratamiento estará enfocado a reducir el dolor, la inflamación, evitar la adherencia de las cicatrices, obtener toda la amplitud articular, una fuerza óptima, conseguir la mayor estabilidad y en última instancia la vuelta a la actividad deportiva que el paciente realizase antes de la lesión.
Si tienes cualquier duda sobre este proceso lesional o algún otro puedes acudir a nuestros profesionales de la clínica Ciudadela, para que te asesoren o te ayuden en tu rehabilitación.